Asturias paraíso natural
Siempre decimos lo mismo, no pretendemos ser una guía de viaje. Nuestra intención es servir de inspiración y animaros a viajar y salir de vuestra zona de confort.
Asturias es el lugar perfecto para ello. Todo es familiar, aquí te vas a sentir como en casa. No hay grandes hoteles ni resorts, no hay todo incluido ni toboganes, esto es otra historia. Es respirar y vivir la naturaleza. Si nosotros podemos, vosotros también.¿Qué podemos hacer en Asturias?
Dependiendo del tiempo disponible (y también del tiempo meteorológico) podremos hacer un sinfín de actividades: Senderismo, rutas a caballo, quads, canoas, surf, buceo, buggies, bici de montaña...la lista es amplísima.
En nuestro caso ha sido un viaje en un puente de miércoles a domingo. Menos tiempo no me parece adecuado porque os vais a dejar muchas cosas por hacer. Por lo tanto debemos elegir lo más interesante e imperdible.
Ruta del Cares
Fascinante. Senderismo del bueno. No es que sea difícil pero tampoco es apta para todos. Yo diría que para niños de 8 años en adelante y los adultos con una forma física aceptable. Son unos 22 km entre ida y vuelta y unas 6 horas de duración teniendo en cuenta que vamos con niños. Pero os aseguro que merece la pena.
La ruta se puede comenzar en Poncebos (Asturias) para llegar hasta Caín (León) y vuelta. Es conveniente ir pronto para poder dejar el coche en un lugar relativamente cercano al comienzo de la ruta. Los 2 primeros kilómetros son bastante duros, pero no hay que desamimarse ya que después se desciende y el resto del camino es prácticamente llano.
El sendero es realmente espectacular de pura roca que acompaña al profundo valle excavado durante siglos por el río, por algo se conoce como la Garganta Divina del Cares.
Hay que tener muy en cuenta que el sendero puede resultar peligroso en algunos tramos ya que la anchura se reduce de 3 a 1,5 metros y casi siempre asomado al precipicio. Dicho así asusta pero la realidad no es para tanto. Nosotros no tuvimos sensación de peligro pero eso si, los niños en todo momento controlados junto a nosotros y siempre, SIEMPRE por el lado más cercano a la pared de roca.
Imprescindible llevar agua más que de sobra ya que no hay muchos sitios donde rellenar nuestras cantimploras, únicamente un manantial a mitad de camino y otro ya acercándonos Caín, en la zona de los espectaculares túneles.
Si hace sol y calor el camino puede resultar bastante duro ya que no hay demasiada sombra pero en Caín podremos disfrutar de una buena comida puesto que hay varios restaurantes disponibles.
Necesitamos un calzado adecuado y siempre prever que en el norte el tiempo puede cambiar de un momento para otro.
Paseo a caballo, Cangas de Onís y Lagos de Covadonga
Una buena manera de comenzar el día es con un paseo a caballo entre los magníficos paisajes asturianos. Es una actividad apta para todos los públicos, incluso para jinetes noveles como nosotros. Hay unas cuantas opciones en la zona pero nosotros nos decidimos por Rutas a Caballo El dorado y la verdad que la experiencia fue muy positiva, sin duda para repetir.
Cangas de Onís fue cuna de la reconquista. Su Puente Romano con la Cruz de la Victoria resulta una visita obligada y es uno de los monumentos más fotografiados de Asturias. Es un buen lugar para pasar el resto de una agradable mañana y disfrutar de una estupenda gastronomía antes de dirigirnos hacia los lagos. Es el punto de partida de esta ineludible visita que pasa por el Santuario de Covadonga y termina en los lagos de Enol y la Ercina.
Podéis encontrar más información actualizada sobre el acceso, precios y horarios aquí.
Ya hemos hablado del tiempo cambiante de estas latitudes y casi nos quedamos sin subir a los lagos por culpa de la niebla. Finalmente nos arriesgamos y aunque no pudimos disfrutar de una tarde despejada si que la niebla dio un cierto aire bucólico y misterioso a los paisajes.
Hay cuatro zonas de aparcamiento y venta de tickets para los buses que suben a los lagos, siendo el último el que está en en Santuario de Covadonga. Decidimos optar por este a riesgo de no tener sitio para aparcar en el Santuario, pero dado el tiempo que hacía no hubo gran afluencia de gente y aparcamos sin problema.
Una vez arriba hay que reconocer que el paisaje es abrumador. Es posible hacer un recorrido que lleva de un lago a otro y desviarse hacia las minas de Buferrera, reconvertidas en museo minero. Nos encantó la experiencia de estar solos en una mina abandonada, caminar por los raíles que en su día frecuentaban las vagonetas, y todo con ese ambiente tan misterioso, de película...
Gijón y Oviedo
Un poco de urbanismo entre tanta naturaleza tampoco está mal.
Gijón nos atrapa con su inconfundible sabor marinero. Si queremos verla en un paseo sin duda deberemos dirigirnos desde la playa de San Lorenzo hacia el barrio de Cimadevilla.
El casco viejo de Gijón está formado por el cerro de Santa Catalina y el barrio de origen pesquero de Cimadevilla. En este cerro se asentaron sus primeros pobladores y ha sido el lugar elegido para emplazar el “Elogio del Horizonte”, monumental obra del escultor vasco Eduardo Chillida. Desde este punto tenemos una de las mejores vistas del mar Cantábrico, la Costa Verde y Cimadevilla. En estas calles, entre la playa de San Lorenzo y el muelle deportivo, se dan cita restos romanos, casonas palaciegas y antiguas viviendas de pescadores.
Después de la caminata hay que reponer fuerzas. Teníamos capricho de un buen cachopo y nos recomendaron el restaurante La Tropical. Todo un acierto a precios razonables.
Ya por la tarde nos dirigimos hacia Oviedo. La ciudad del Arte y de los Premios Princesa de Asturias. Arte Prerrománico -declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO - y contemporáneo. En Oviedo cabe todo.
Nos dedicamos a dar un paseo por el Casco Antiguo, donde destaca la Catedral, la Cámara Santa, algunas iglesias y conventos como el de las Pelayas, o Museos, como el de Bellas Artes o el Arqueológico.
Una tapa en el Boulevard de la sidra. Se llama así a la Calle Gascona, jalonada de restaurantes y sidrerías, donde se degusta sidra y gastronomía típica.
Descenso del Sella
No podíamos abandonar Asturias sin realizar el conocidísimo descenso del Sella. El descenso es la excusa para la fiesta, el buen ambiente familiar.
Da igual tardar más o menos, venimos a pasarlo bien y lo logramos sin duda.
Fuimos previsores y lo dejamos todo en manos de Aventura Norte. De todas las empresas dedicadas a esta actividad, nuestros amigos de Aventura Norte fueron de lo más profesional que vimos, o sea que os recomendamos contactar con ellos.
Es una experiencia muy divertida ideal para nuestras familias numerosas, no os la debéis perder, no hace falta estar en forma, es para todos. Muy recomendable contratar el picnic que os darán en un bidón y un cojín para el asiento de las canoas y kayaks. Hay zonas habilitadas para comer, tomar algo en los chiringuitos...
La aventura comienza en Arriondas y en un recorrido de 20 km se llega a Ribadesella. Hay puntos intermedios establecidos por Aventura Norte donde se puede abandonar el descenso y ellos se encargan de llevarnos al punto de inicio. Está todo perfectamente organizado.
Alojamiento
En nuestra opinión la zona ideal para alojarnos es entre Arriondas y Cangas de Onís. Es un buen punto estratégico. Desde allí tenemos acceso a todas las zonas en un espacio de tiempo relativamente corto. Por ejemplo se llega a Poncebos en unos 40 minutos, a Oviedo y Gijón en poco más de una hora...Incluso seria posible visitar zonas costeras que por falta de tiempo hemos tenido que dejar para un próximo viaje.
No dudéis en pedirnos consejo para vuestro alojamiento en Asturias.
Tenéis a vuestra disposición www.viajemania.net con los mejores pecios.
Conclusión
Pretender ver Asturias en 4 días es imposible. Se nos ha quedado corto. Nos hubiera gustado hacer muchas más cosas pero nos damos por satisfechos con lo conseguido. Ha sido todo muy activo y dinámico, muy divertido como viaje para vuestras familias numerosas. Lo recomendamos al 100%.
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